El Municipio de Chilecito está ubicado en el centro de la provincia a 200 km por ruta de la capital provincial. Comprende la ciudad de Chilecito -su cabecera- y los distritos de Anguinán, Guanchín, La Puntilla, Los Sarmientos, Malligasta, Miranda, Nonogasta, San Miguel, San Nicolás, Santa Florentina, Sañogasta, Tilimuqui, y Vichigasta. Tiene 4.846 km² de superficie y una población aproximada de 60.200 habitantes. Se encuentra el macizo del Famatina (6.250 m) con la Sierra de Velasco (4.250 m) a sus espaldas y las pequeñas estribaciones del Cordón del Paimán. Los diaguitas, fueron sus habitantes originarios que estaban muy emparentados culturalmente con los incas. Su principal actividad era la agricultura, para cuyo desarrollo construían terrazas y sistemas de riego y vivían en poblados protegidos por pucarás, siendo sus viviendas rectangulares y construidas con el sistema de pirca. Los primeros asentamientos españoles comenzaron a partir del siglo XVII. El poblado fue fundado el 19 de febrero de 1715 por el Sargento Mayor Domingo de Castro y Bazán con la autorización del gobernador de Tucumán Esteban Urízar y Arespacochaga. El fundador ya vivía en la zona desde hacía unos años. Se nombre inicialmente era Santa Rita, posteriormente se llamaría Hacienda Santa Rita, luego Estancia de Santa Rita y tendría numerosos nombres más hasta llamarse definitivamente Chilecito, pudiendo ser diminutivo de Chiri o Chili que significa, para los incas, tierra roja o de color rojo o por Chile pequeño, dada la cantidad de mineros de esa nacionalidad que arribaron a la zona atraídos por el oro. El buen sistema de riego en toda la zona permitió el desarrollo de los cultivos a lo que se sumó la explotación minera de las sierras Famatina, lo que produjo que la región prosperaran rápidamente. A fines del siglo XIX y principios del XX, adquiere relevancia a nivel nacional por ser el centro de explotación minera más importante. Se crea en 1892 la segunda sucursal del país del Banco de la Nación Argentina. En 1903 se realiza la mayor obra de ingeniería del mundo en vías aéreas hasta ese momento: el Cable Carril Chilecito-La Mejicana, de 34 km de recorrido, llegando a 4.500 m de altura y haciendo funcionar en la zona más de diez establecimientos de fundiciones. En 1904 llega el ferrocarril con el Ramal A3 del luego denominado Ferrocarril General Belgrano. El departamento posee varios atractivos turísticos cuales son: Jardín botánico Chirau Mita, Cristo del Portezuelo, Cuesta de miranda, Tinkunaco en Malligasta, Cablecarril y sus diversas estaciones, La Mejicana, Museo Samay Huasi, Cuesta de Guanchin, Museo San Francisco, Museo Nocetta Pisseta, viñedos y bodegas de vino, circuitos de iglesias históricas nacionales, Reloj de sol Inca en San Nicolás y Camino y tamberías del Inca.
El escudo chileciteño data del año 1980, cuando, por iniciativa del Dr. Mario Desio de La Vega, durante la intendencia del Sr. Jorge Ramón Alcalde, nació la idea de la creación de un emblema que representara al departamento. Para ello se solicitó la colaboración del Dr. Roberto Catalán, idóneo en el tema de la Heráldica.
Tiene forma española, cuadrilongo con la base redondeada en semicírculo y cortado desigual. Tiene en el primer cuartel sobre tapiz de azur en el cantón diestro del jefe, un castillo de oro con tres homenajes, puerta y ventanas de azur, mazonado de sable; en el cantón siniestro un sol pleno figurado de oro con trece rayos triangulares. En el corazón una montaña de forma general cónica, con ocho picos fileteados de sable que se eleva hacia el jefe de plata (gris) y sus cimas de plata. Trae en el segundo cuartel tapiz ajedrezado de sinople y oro.
La elección de la forma española remite culturalmente a nuestro país por su historia, lengua y tradición religiosa. El cerro de plata que ocupa el centro del blasón, representa el Famatina, -siendo Gobernador de la provincia el Cnel. N. Dávila, con la capital establecida en Nonogasta, en la época en que se hacían los primeras acuñaciones provinciales en Chilecito, se esforzaba por establecer definitivamente la casa de la moneda, apareciendo aquella figura como símbolo provincial en el “gran sello de la Provincia”. Este se inscribe sobre el fondo de azur, esmalte que evoca al aire y que combinado con la plata remite a los colores de la argentinidad (azul, celeste y blanco). En el jefe, el sol figurado es símbolo de los Incas, en clara referencia al período prehispánico, en tanto que el castillo recuerda al Escudo del Reino de Castilla, en alusión a la tradición hispánica. El ajedrezado de oro y sinople hace referencia a la realidad contemporánea del departamento: el primer esmalte significa la excelencia y el segundo, el labriego y el comercio.
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