El Municipio de Tartagal se encuentra situada al noreste de la provincia, a 365 km de la capital provincial, en la selva de las Yungas al pie de las serranías subandinas hacia el oeste y las llanuras del chaco salteño hacia el este. Atraviesa el municipio el rio Tartagal y la RN 34. Esta ubicación la dota de una gran variedad de flora y fauna, y su territorio está habitado por ocho etnias de comunidades originarias. Se destaca la amplia densidad de árboles de gran tamaño en sus calles y plazas, como mangos, algarrobos y lapachos también zonas con piquillín, molle, espinillo, corona de cristo, entre otros. Es uno de los pocos lugares del mundo donde el guacamayo verde no está extinto en vida silvestre y también en cuanto a fauna se encuentran: tapeti, agutí, corzuela, hurón mayor, gato onza, águila viuda, batará gigante, tucán grande, pava de monte común, loro hablador, entre otros. Tiene una población aproximada de 71.700 habitantes y una extensión de 3.015 km². Adopta el nombre de Tartagal debido a la gran cantidad de plantas de tártago que se encuentran en la zona con cuyas semillas se produce el aceite de ricino. Por su economía, es la tercera ciudad en importancia de la provincia, Se destaca como un centro de extracción petrolera y gasífera, y además cuenta con una fuerte actividad en los sectores maderero y agropecuario. Tartagal aloja una sede regional de la Universidad Nacional de Salta y de la Universidad Católica de Salta. No existió una fecha de fundación formal de Tartagal. Este lugar nació como pueblo, según los primeros registros, a mediados del siglo XIX, siendo mencionado en documentos oficiales con la designación de "El Tartagal" por primera vez en 1858. Anteriormente era llamado por los nativos de la zona con el nombre Ñancahuasu (vocablo guaraní que significa "quebrada grande"). El tren llegó en 1923 y el 22 de diciembre de 1927 se inauguró la estación Manuela Pedraza del Ramal C15 del Ferrocarril General Belgrano que en noviembre de 1995 dejó de prestar servicios. A principios del siglo XX con la llegada de empresas extranjeras, se empezaron a explotar importantes yacimientos de petróleo. La cuenca llegó a representar el 25% de la producción total del país y cerca del 16% de la producción total de gas. La selva de Yungas ofrece paisajes naturales cautivadores y actividades de turismo aventura como trekking, kayak, mountain bike y senderismo; hay opciones de turismo rural comunitario para conocer la cultura local; eventos de enduro y ciclismo populares y la oferta hotelera es variada.
El escudo tartagalense fue adoptado el 25 de setiembre de 1952, pero ha sufrido cambios en su diseño. El artículo 5° de la Carta Orgánica Municipal, promulgada en 1998, establece que la Municipalidad de Tartagal se reserva el derecho de adoptar y usar un escudo municipal.
La hoja es la del tártago, arbusto muy extendido en la zona y conocido por su empleo medicinal, del cual deriva el nombre de la ciudad. La torre de petróleo y la pila de troncos representan las principales industrias de la zona: la petrolera y la forestal. Por detrás, asoma el sol incaico que simboliza la tradición, el empuje y el valor de los tartagalenses.
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