El Municipio tiene su cabecera en el pueblo de Santa Lucía de los Astos, que fue fundado por disposición de Hernando Arias de Saavedra, conocido como Hernandarias, en la desembocadura del río Mepemé, hoy río Santa Lucía, en 1615. Sus primeros pobladores eran aborígenes que se encontraban en una reducción bajo la dirección de los padres franciscanos, para ser adoctrinados en la fe cristiana. En los primeros años contaban con una humilde capilla de adobe que guardaba la imagen de la virgen y mártir Santa Lucía, la cual había sido donada por la familia de los Astos. El asentamiento sufrió numerosos malones de aborígenes provenientes la otra orilla del Paraná, llamado Chaco Santafesino, lo que produjo, en 1716, el desplazamiento de la población a una legua de distancia, sobre la margen derecha del río Santa Lucía y lejos de la costa del Paraná. En ese lugar se levantó un humilde templo por orden del padre Fray Juan José Pereyra, quien años más tarde, en 1770, mandó a construir la iglesia que aún sigue en pie.
El artículo 3 de la Carta Orgánica Municipal establece que se creará la bandera de la Ciudad y que por ordenanza se establecerá el mecanismo, tiempo y forma para determinar su diseño, garantizando amplia participación de la ciudadanía. Por ordenanza 013/2015, el Concejo Deliberante, en su artículo 1° aprueba el diseño de la bandera que quedará incorporado como adjunto a la ordenanza 034/2010. En su 2° artículo reconoce a Tamara Serial como autora original de la bandera y sus ratificaciones.
La bandera santuluceña, según su autora, cuenta con las siguientes características: El color marrón: representando la “Madre Tierra”, la cual recibe lluvias fertilizantes para producir las cosechas y alimentar a la humanidad. Los ríos y lagos forman parte de la generosidad de la tierra y comparten sus características de femineidad y fertilidad. Es en suma el territorio de producción, también símbolo de refugio y protección absoluta. El color azul: representa al agua, por ende al cálido rio Santa Lucia y su desembocadura al imponente rio Paraná, quienes bañan las hermosas costas de nuestra ciudad, funcionando como principal atractivo turístico en diferentes actividades ya sea deportivas como recreativas, entre otras tantas. A su vez el agua puede considerarse como elemento creador de la vida. Sus continuos cauces denotan el continuo movimiento, expandiéndose a lo largo y ancho de todo el mundo, llevando vida en cada rincón del planeta. El color celeste: simbolizando el infinito cielo. La relación entre la tierra y el cielo es vital para el bienestar de la humanidad, ya que es la combinación entre el sol, la lluvia, los vientos y la tierra que da vida, el de la transcendencia y el de los reinos celestiales en la que se fusionan creencias populares con escritos bíblicos, donde muchas veces los que trabajan en las tierras invocan a ciertas divinidades para garantizar una buena cosecha. El color verde: es un color relajante y de fuerza esperanzadora que induce a quién lo contempla sensaciones de serenidad y armonía. Está íntimamente relacionado con todo lo natural, simbolizando también la vida, la fertilidad, el verde se convierte entonces en el color simbólico de todo lo que puede desarrollarse y prosperar. El verde también es el símbolo de vida en un sentido amplio, es decir, no solo en lo que se refiere al ser humano, sino a todo lo que crece y se desarrolla, en este caso el de nuestro suelo. El color blanco: denotando la “pureza y la perfección” y el color característico de las arenas que enmarcan las costas de nuestro rio Santa Lucia. La bandera también contiene el escudo municipal.
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