El Municipio de Santa Ana fue creado el 8 de abril de 1933 y sus límites definitivos fueron definidos el 12 de noviembre de 1968. Tiene su origen en la reducción jesuítica de Santa Ana, fundada en 1633 en las serranías del Tapé, al norte de Cachoeira do Sul, Brasil, por los sacerdotes Pedro Romero y Cristóbal de Mendoza. En 1638, la población se trasladó al Paraná, cerca del cerro Peyurí, y en 1660 se estableció definitivamente al sur de Loreto. En 1817, la reducción fue destruida por Paraguay. Más de 50 años después, en 1878, se emprendió la recuperación de los pueblos perdidos y el agrimensor Zacarías Sánchez trazó la colonia y el pueblo de Santa Ana sobre la antigua reducción. Sin embargo, en 1883 el Gobierno Nacional decidió practicar un nuevo deslinde de la colonia y del pueblo, los cuales corresponden a la distribución catastral aactual. Ese trabajo lo realizó el agrimensor Rafael Hernández. Hasta 1960, tanto el movimiento del puerto como la colonia daban un relativo dinamismo a la localidad, en cuya extensa planta urbana sólo se habían concentrado familias en su sector meridional y central; la nueva traza de la RN 12 dejó marginado del tránsito vehicular al centro del pueblo y además, la navegación fiuvial que activaba al puerto con sus depósitos de yerba mate, -hoy reducido a la actividad arenera-, comenzó a retraerse hasta su desaparición total, lo cual también contribuyó al decaimiento general de la actividad en la zona. La mixtura entre inmigrantes brasileños, paraguayos, alemanes, italianos y ucranianos, y del linaje guaraní y jesuita, resultan una diversidad étnica muy rica. Junto al comercio y al turismo la economía del municipio se afianza día a día en las actividades llevadas a cabo por diversos aserraderos, una planta de elaboración de alpargatas, otra de elaboración de los exquisitos dulces 100 Mujeres, la fábrica de rapadura -un dulce elaborado artesanalmente con caña de azúcar que se muele en el trapiche hasta lograr el caldo, luego se lo cuece durante unas horas, y mientras está caliente se lo bate para después volcarlo sobre los moldes y una vez frío, se envasa- Cerro Santa Ana, las artesanías de Cerámicas Santaneras y el taller de arte Brasanelli.
Surge de un concurso ganado por Katya Gianela Acosta. En septiembre de 2018 se hizó por vez primera en los actos por el 135º aniversario de la fundación de la histórica ciudad misionera.
Según palabras de la autora, representa el verde de la selva, el celeste del río Paraná que nos abraza. En el centro se puede ver una planta de yerba, que representa la que plantó Amado Bonpland en la década de 1820, quien vivió en Santa Ana, oriundo de Francia, y aunque era médico le gustaba mucho la botánica y derivados, es así que decidió volver a poner en auge el cultivo de la yerba mate que había sufrido un revés cuando los guaraníes y jesuitas fueron expulsados, es así que esa parte de la historia se transmite en la planta de yerba, otro de los objetos representativos es el trapiche manual, la chimenea del primer ingenio azucarero que aún está en medio del monte en el Campo San Juan y el Cerro de Santa Ana, lugar emblemático.
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